domingo, 21 de diciembre de 2008

Hombres Ajenos

Hombres ajenos, escuchadme:
La hora ha llegado, y no somos nosotros los del viento
Son ellas, las que consuelan y a la vez aman
Pasajeras inconfundibles del amor, amena carretera loca
Ojos que ven, manos que sienten, regazos de la vida eterna
El amor lejano, el de los padres, los problemas y demasíes
Son fuertes, no perdáis, la batalla sigue
Y con amor, la vida cambia, la belleza emana

Y la luz refulgente desemboca desde el dolor a las cenizas
Tan perspicaz, tan perfecta, tan idónea
Donde llegaremos sin ustedes, sin nosotros, sin su belleza
Su belleza perdurara, sempiterna, los ambientes inhóspitos morirán
Lo lejano ya no tiene sombra, la borraron, ustedes y también ellos
Con sus ojos, no mientan, su belleza conmueve

¡Oh, poeta! Donde llegaremos sin ellas ¡Oh, poeta!
La luz, los designios, el viento
Todo esta dicho finalmente
¡Oh, mi pequeña meretriz!
Adiós
Hasta la hora inmutable de los recuerdos

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